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sábado, 29 de marzo de 2014

Taller sobre cáncer infantil: resumen de contenidos

“Derechos y cuidados del niño con cáncer” fue el título de la actividad que tuvo lugar el pasado viernes 21 de febrero, en el Aula del Hospital Oncológico Provincial; en adhesión al Día de la Lucha contra el Cáncer Infantil, con muy buen marco de público.

Participaron como disertantes la Dra. Adriana Berretta, Socia fundadora de FOCor y Jefa del Servicio de Hematología del Hospital de Niños; la Dra. Gabriela Rodríguez, especialista en Cuidados Paliativos del mismo equipo y las maestras de la Escuela Hospitalaria Atrapasueños. También nos acompañaron las autoridades del Hospital Oncológico, el Director Dr. Martín Alonso y la Sub-directora Dra. Cecilia Closa; y la Sub-directora del Hospital de Niños, Dra. Fernanda Marchetti. 





Aspectos generales sobre el cáncer infantil

La Dra. Adriana Berretta abrió el taller y nos informó que, según el Instituto Nacional del Cáncer, en nuestro país hay 1200-1300 casos nuevos de cáncer pediátrico por año y que representa solo el 2% de la patología oncológica general, es decir, que se trata de una enfermedad poco frecuenteNo obstante, debemos prestarle mucha atención, ya que es la primera causa de muerte por enfermedad en la segunda infancia (la primera causa de muerte en general son los accidentes). La buena noticia es que alrededor del 60% de los pacientitos se cura, y en esto es clave el rol del pediatra, para hacer un diagnóstico oportuno y una derivación ágil a los especialistas.



La Doctora explicó que el cáncer en Pediatría es una enfermedad muy distinta a la del adulto, y que de hecho, los tipos de cáncer más comunes (como pulmón, mama, colon, entre otros), prácticamente no existen en la infancia, y se dan otros, siendo los más frecuentes las leucemias.



También nos explicó que los tumores varían de acuerdo al grupo etario y a su localización. 


Como dijimos, la derivación de los niños al especialista es clave, pero muchas veces se demora. En esto juegan muchos factores, entre ellos, afirma la Doctora, que se trata de un diagnóstico dificultoso en su estadío temprano por lo inespecífico de los signos y síntomas y su imitación de otras enfermedades pediátricas más frecuentes.

Por otra parte, para los profesionales –y también para los papás- es muy duro imaginar que ese niño que se acerca a la consulta con fiebre o ganglios pueda tener cáncer. Entonces, el pediatra puede tener un índice de sospecha bajo, es decir, puede ser poco propenso a pensar que tal vez haya un tumor. En cambio, el oncólogo pediatra seguramente presentará un índice de sospecha alto, dado que su realidad es ver todos los días este tipo de patologías. Hay que lograr un equilibrio entre estos modos de ver, y para eso, es importante un examen prolijo y completo del paciente, estar atentos a síntomas que no mejoren con el tratamiento convencional y ante la sospecha, aconsejó la Doctora, consultar con el especialista, para llegar juntos al diagnóstico. Esto, en la práctica, a veces significa simplemente una llamada telefónica para consultar qué estudios solicitar, discutir la historia clínica o preguntar si la prescripción de un medicamento podría enmascarar el potencial diagnóstico.

La oncohematóloga también detalló los principales síntomas que deberían hacernos pensar en la posibilidad de un tumor pediátrico:


Es importante aclarar que estos signos de alerta son los que deben tener en cuenta los médicos pediatras. Para los papás, elaboramos estos consejos.

Finalmente, la Doctora destacó el valor del manejo de los pacientes guiado por protocolos, y la labor del ROHA (Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino), que ha permitido condensar la experiencia terapéutica de profesionales de todo el país y así encontrar los tratamientos más eficaces.

Cuidados paliativos en Oncología Pediátrica

A continuación, la Dra. María Gabriela Rodríguez expuso sobre cuidados paliativos en pediatría, definiéndolos como el cuidado activo e integral de los niños portadores de enfermedades que amenazan o limitan la vida, de sus familias y su entorno significativo, propendiendo a la mejor calidad de vida posible. La Doctora repasó el imaginario colectivo que asocia cuidados paliativos a cáncer y muerte, y afirmó que en realidad se trata de un continuo de cuidados que puede darse desde el diagnóstico.  




Los cuidados paliativos tienen como pilares mejorar la calidad de vida, controlar el dolor y otros síntomas, brindar soporte emocional al niño y a familiares, proveer descanso a los cuidadores y dar apoyo durante la muerte y seguimiento en el duelo, en caso de que esta ocurra. En el caso del cáncer, por ejemplo, el modelo de abordaje será el siguiente:




Los cuidados paliativos están presentes desde el diagnóstico, e irán cobrando mayor protagonismo si los tratamientos curativos fallan. “No pensamos que ‘no queda nada por hacer’ sino que ‘hay mucho por hacer’ para mejorar la calidad de vida de la persona”, enfatizó la Doctora, y afirmó que los cuidados paliativos implican un cambio de paradigma en la atención de la salud:



Un concepto interesante de la Doctora fue cambiar la idea de “muerte digna” por “vida digna hasta la muerte”.

La Doctora también aclaró que en cuidados paliativos, no hay protocolos, y el abordaje es único para cada niño:


Los cuidados paliativos no implican la institucionalización del paciente: pueden realizarse en unidades de internación (en salas comunes o en unidades de terapia intensiva), en el hospital de día, en el domicilio del paciente o en un consultorio externo.
Siempre en el caso del modelo de intervención planteado para pacientes pediátricos oncológicos, la Doctora contó que se acompaña al paciente y su familia en la elaboración de la información y aceptación al diagnóstico y en la reorganización familiar que implica el tratamiento. Si hay recaída, se acompaña también en ese proceso y en la fase terminal.

En el Hospital de Niños, dado que los pacientitos están internados, se puede hacer en general una intervención temprana. Se trabaja en un equipo horizontal, con roles definidos no superpuestos, en forma interdisciplinaria y en red. Se hace manejo de síntomas respetando siempre la autonomía del paciente. También se ocupan del estrés de los cuidadores, los ayudan en la organización de tiempos y descansos. Se intenta cuando sea posible el manejo de la terminalidad en el lugar de origen, para evitar el desarraigo. En caso de fallecimiento, también se hace un seguimiento del duelo con la familia.

El abordaje de los cuidados paliativos presta atención también a las áreas sanas, como la escuela y el entretenimiento. La Doctora recordó que el objetivo es que los niños siempre puedan jugar.

Si bien puede resultar duro dedicarse a la medicina paliativa, sobre todo en la infancia, la Doctora enumeró las razones de por qué elige cada día esta especialidad:



Sobre el final, enfatizó que los niños tienen derecho a saber, a ser escuchados, al alivio del dolor y a tomar decisiones. Y recomendó el libro del Instituto Nacional del Cáncer, “Soporte clínico oncológico y cuidados paliativos en el paciente pediátrico”.

La Escuela Hospitalaria Atrapasueños

A continuación, se dio paso a las maestras de la escuela hospitalaria que funciona en el Hospital de Niños. Liliana Camargo, Directora de la Escuela, introdujo el trabajo en general y las maestras Claudia Bongiovanni, Mariana Cabrera, Silvia Giaroli, Mónica Plutman y Stella Maris Sastre compartieron sus experiencias.

La Escuela Hospitalaria y Domiciliaria “Atrapasueños” fue creada como proyecto el 23 de Diciembre de 2002  por un acuerdo entre los Ministerios de Educación y Salud de la Provincia de Córdoba (Resolución Ministerial Nº 1554). Brinda atención educativa a niños y adolescentes en situación de enfermedad, hospitalizados, convalecientes, ambulatorios o en su domicilio, hayan sido o no escolarizados, en los Niveles Inicial, Primario y Secundario. La escuela depende del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, Dirección General de Regímenes Especiales – Subdirección Educación Especial.

Se brindan dos tipos de servicios educativos:
-El servicio hospitalario, en el cual la atención pedagógica se realiza de manera individual y grupal en diferentes ámbitos del Hospital (aula hospitalaria, sala de diálisis, hospital de día o en la Casa de Ronald McDonald, donde se aloja a los pacientitos del interior que por razones de salud deben permanecer cerca del Hospital).
-El servicio domiciliario: Atiende a los alumnos convalecientes que deben permanecer por más de 30 días en su domicilio. Para su atención en esta modalidad, los niño/as u adolescentes son derivados por  profesionales de la salud, Escuelas Base o es solicitada por los padres.



Cuando el niño es dado de alta, el equipo de docentes del Proyecto de Reinserción Escolar junto a la docente domiciliaria trabajan en forma interdisciplinaria con la escuela base y acompañan al alumno en su regreso a la escuela de origen.

Las maestras contaron orgullosas sus distintas experiencias personales con los alumnos que pasaron por la Escuela Atrapasueños. Con especial emoción, relataron la historia de un niñito que pese a no haber podido estudiar durante dos años por su estado de salud, fue derivado a nuestra Provincia y comenzó las clases domiciliarias. Gracias al esfuerzo y dedicación de su parte y de las maestras, pudo hacer 4° y 5° grado juntos en un año. Al finalizar su tratamiento, volvió a su escuela de origen (en su provincia natal) y en 6º grado portó la bandera de ceremonias.

En lo profesional, las docentes explicaron que esta modalidad tiene su especificidad.  Conocer las limitaciones que la enfermedad impone, la prevención y el cuidado de la salud y emplear diferentes estrategias para llegar al niño (a través del juego, la literatura, la plástica, la música), para despertar el interés por aprender y descubrir sus posibilidades, demostrar que puede, que sigue siendo “alumno”, considerando siempre su estado de salud, es un gran desafío al que hacen frente día a día.  Se realiza un trabajo interdisciplinario con los profesionales de la salud del Hospital de Niños y de los distintos servicios, de otros hospitales y sanatorios, con el apoyo y respeto de cada familia, la colaboración de las escuelas bases, y el acompañamiento de las autoridades de educación, que hacen posible que se cumpla el Derecho a la Educación de estos niños/as y jóvenes en situación de enfermedad.


sábado, 2 de marzo de 2013

Cáncer infantil: consejos para los papás


Hace un mes atrás, el 15 de febrero de 2013, en adhesión al Día contra el Cáncer Infantil, organizamos un taller dirigido al equipo de salud sobre “¿Cuándo sospechar cáncer en el niño?”. Esta actividad tenía como objetivo reforzar las redes de diagnóstico precoz y derivación, ya que el pediatra de cabecera es una figura clave en la detección temprana de las enfermedades oncológicas.


Muchos papás nos preguntaron entonces acerca de qué información debía tener en cuenta la familia, para hacer la consulta a tiempo. La Dra. Adriana Berretta*, especialista a cargo del taller, nos contestó algunas preguntas para guiar a los padres ante las dudas y la angustia que puede suscitar la posibilidad de un diagnóstico oncológico.

La clave es acudir al Pediatra de cabecera
El consejo fundamental de la Dra. Berretta es consultar al pediatra ante cualquier síntoma o signo que nos llame la atención. Es el pediatra quien deriva el paciente al oncólogo y esta debería ser la ruta habitual”, enfatiza la especialista.
¿Por qué es primordial la responsabilidad del pediatra? Porque los síntomas de cáncer en niños son inespecíficos: es decir, son signos que podrían significar muchas enfermedades. Es dicho profesional el encargado de diferenciar de qué se tratan, y en todo caso, solicitar una consulta con un hematólogo u oncólogo para llegar juntos al diagnóstico.  
Esto nos lleva a otra consideración muy importante. “Actualmente, con la costumbre de llamar a los servicios de emergencia, los niños carecen de médico de cabecera: ante fiebre, dolor de oídos, molestia al tragar, es más fácil llamar al servicio y que vengan a tu casa, que ir a ver al pediatra de la familia, quien conoce al paciente y por eso puede detectar rápidamente si se trata de algo inusual o no”, alerta la Doctora. Y señala también la importancia de realizar siempre “una revisación completa, aunque le duela la garganta y el médico le vea las placas”. Muchas veces, nos cuenta, un tumor abdominal es descubierto en medio de una consulta por anginas, antes de que cause dolor o sea palpable para el padre.



Una enfermedad diferente
La Doctora nos aclara también que el cáncer infantil es muy diferente de la enfermedad del adulto: “A veces los familiares, debido a que es más frecuente el cáncer en los mayores, tienden a extrapolar lo observado en ellos y esto no es correcto”. Así, por ejemplo, mientras en los adultos los tumores más frecuentes puede ser los de pulmón, mama o colon, estos no existen en los niños, y son en cambio la leucemia, los tumores del Sistema Nervioso Central (SNC) y los linfomas los que representan el 70% de todos losdiagnósticos en pediatría oncológica.  
Asimismo, mientras el cáncer en el adulto se origina en tejidos diferenciados, y en general tienen que ver con la exposición crónica a ciertos agentes (ambientales, tóxicos o infecciosos), en el niño son indiferenciados, se encuentran diseminados al diagnóstico y no se ha hallado evidencia de vínculos con causas ambientales. Por eso, no se pueden generar campañas de prevención o detección precoz, como podrían ser en el adulto la promoción de dejar el cigarrillo o la realización de mamografías periódicas. (Podés ver una explicación más exhaustiva de este punto en el video de "INC responde")


A todo esto esto se suma que, como señala la Dra. Berretta, “es muy angustiante pensar que un niño (nuestro hijo o nieto o familiar) pueda tener este diagnóstico, la sola mención por parte del pediatra hace que muchas veces recurramos a otros profesionales buscando aquel que apoye nuestra negación y esto ocasiona retrasos en los estudios”. Esta demora puede implicar que el niño llegue en malas condiciones para soportar el tratamiento o que requiera terapias más intensas y complicadas, con mayor riesgo de secuelas a largo plazo.


Baja frecuencia, buen pronóstico
Para minimizar la ansiedad de los papás hay que decir también que el cáncer infantil representa solo el 2% de la patología oncológica en general, no es una enfermedad muy frecuente. Pero, al mismo tiempo, advierte la Dra. Berretta, “es la primera causa de muerte por enfermedad entre los niños de 5 a 15 años” (la primera causa en general son los accidentes).
Por otra parte, es bueno recalcar una vez más que las posibilidades de curación son elevadas: “Si consideramos todos los cánceres pediátricos juntos (de mal y buen pronóstico, localizados y diseminados) alrededor del 60% deberían curarse ya que en general la mayoría tiene excelente respuesta al tratamiento”, cuenta la Doctora.

Algunos síntomas para prestar atención
Como ya dijimos, y remarcamos, los síntomas de cáncer son inespecíficos y pueden corresponder a un grupo de enfermedades distintas, más severas o más leves. La alerta más importante sería que los padres consulten ante “signos y síntomas que no ceden con la medicación habitual o se prolongan en el tiempo o se presentan de manera inusual,” explica la especialista, y nos brinda los siguientes ejemplos:

-Dolor que despierta al niño de noche o causa impotencia funcional (deja de caminar o camina mal) y no hay justificación (como un golpe).                                                                
-Cefalea que se presenta ya al despertarse. La causa más frecuente de cefalea, que son alteraciones en la agudeza visual, en general se producen en la tarde / noche por agotamiento ante el esfuerzo realizado, por eso hay que prestar atención a cefaleas matinales.   
-Fiebre sin explicación que no cede con tratamientos habituales y se asocia a palidez y hematomas frecuentes.
-Ganglios en sitios inusuales que no mejoran con tratamiento antibiótico y en lugar de disminuir de tamaño, continúan creciendo.                                                                    
-Otitis con supuración crónica.
-Dolor abdominal crónico, sospecha de masa en abdomen.

Si un síndrome febril no se resuelve con tratamiento habitual o aparecen signos de afectación hematológica o un ganglio crece en un sitio o de manera inusual, es el pediatra quien nos derivará al oncólogo o hematólogo especializado en atender y resolver la patología típica de esta edad, nos explica la Dra. Berretta. Por eso, señala nuevamente, en todos estos casos se debe consultar al pediatra de cabecera del niño.
“En general, si a los papás nos derivan a una consulta con un hematólogo u oncólogo pediatra, esta debería ser lo más pronto posible”, dice, pero añade para tranquilizar, que lo habitual en un caso de emergencia es que el pediatra se comunique directamente con el especialista de referencia y nos gestione la cita.
“Aunque el diagnóstico y el tratamiento es complicado y requiere un gran esfuerzo de todo el grupo familiar, vale la pena recorrer el camino”, finaliza la Doctora.



*Jefa del Servicio de Hematología del Hospital de Niños, Jefa del Área Pediátrica del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital Privado y Socia Fundadora de nuestra Fundación