En Córdoba, el cáncer de colon es el segundo más frecuente entre las mujeres y el tercero entre los hombres, según datos del Registro de Tumores de la Provincia de Córdoba. En el período 2006-2010, tuvo una incidencia de 24,5 casos cada 100.000 personas en los hombres y de 15, 1 casos cada 100.000 personas entre las mujeres (tasas ajustadas).
“El colon es el encargado de asimilar algunos nutrientes y básicamente, de absorber gran cantidad del agua que viene del intestino delgado”, nos explica el Dr. Martín Alonso, Director del Hospital Oncológico Provincial y Presidente de la Fundación Oncológica Córdoba (FOCor). Es un órgano importantísimo en el sistema digestivo, que no hay que descuidar.
Como para casi todas las enfermedades no transmisibles, los hábitos alimentarios son clave. “Está demostrado que la alimentación rica en grasas aumenta la posibilidad de padecer cáncer de colon y que las dietas ricas en fibras lo disminuyen”, afirma el Dr. Alonso. Evitar el tabaco, el alcohol y la vida sedentaria también son conductas recomendables para prevenir todo tipo de cáncer.
Factores de riesgo
Además de estos cuidados generales, se han encontrado factores de riesgo, es decir agentes que aumentan la posibilidad de padecer una enfermedad. Tener un factor de riesgo no significa que se sufrirá indefectiblemente cáncer, así como no tenerlos nos hace indemnes. Simplemente, se trata de condiciones que pueden significar una predisposición a desarrollar esta patología y nos llaman a estar alerta y realizarnos los controles pertinentes.
Un bajo porcentaje de los nuevos casos de cáncer (alrededor del 5%) se relaciona con enfermedades hereditarias como la poliposis familiar y el cáncer no polipoideo. También hay que prestar atención si tenemos antecedentes personales de enfermedad inflamatoria del colon o de pólipos. “Los pólipos son crecimientos exuberantes de la mucosa colónica, que pueden eventualmente malignizarse, es decir, transformarse en cáncer”, precisa el Dr. Alonso. Controlar su aparición y extirparlos oportunamente puede servir también como prevención secundaria.
Sin embargo, advierte el oncólogo, “para las personas que no padecen estas enfermedades, el riesgo de tener cáncer de colon aumenta con la edad y lo hace en forma importante luego de los 50 años”. Por eso, es fundamental comenzar con los controles en forma rutinaria a partir de esa edad, aunque no se tengan antecedentes familiares de cáncer.
Para estar alerta
Para todas las personas a partir de los 50 años, se recomienda realizar anualmente un estudio de detección de sangre oculta en materia fecal. Quienes presenten un estudio positivo, deberían complementar el diagnóstico con una endoscopía, explica el médico de FOCor. Y agrega: “si el paciente tiene un riesgo aumentado, se aconseja realizar también una endoscopía cada 5 años a partir de esa edad”. Estos estudios están disponibles en casi todos los hospitales públicos o privados de nuestra ciudad.
Además, es importante la consulta precoz ante la aparición de algunos síntomas, como cambios en el ritmo intestinal (diarrea o constipación sin causa aparente), sangre en las heces, pérdida de peso y anemia (Ver infografía).
Si eventualmente se detecta un cáncer de colon, las posibilidades de sobrevida dependerán del tamaño del tumor y de la presencia o no de ganglios comprometidos y de metástasis, puntualiza el Dr. Alonso. “Cuando los tumores no han invadido el músculo del intestino y son extirpados, la tasa de curación es prácticamente del 100%, por eso es que el diagnóstico precoz juega un rol fundamental en disminuir la mortalidad por cáncer”, concluye el médico.